4/12/2009

Charlar



Sobre la mesa circulaban frases y palabras. Iban y venían de un lado a otro, siempre acompañadas de gestualidades, recorriendo las distancias que separaban a quienes sentados en sus respectivas sillas, charlaban sobre cualquier cosa. Lo increíble de observar, era la sensación que ellos mismos tenían de estar charlando no sobre cualquier cosa, sino sobre cosas muy importantes.
Y así era, porque las palabras de uno llegaban al otro, ahí se transformaban, para relanzarse en otras direcciones ya metamorfoseadas en otra cosa, impactando en quien las recibiera. Así una y otra vez, durante horas.

Charlaban estos tres amigos sentados en torno a la mesa. Charlaban creando lo que no había. Lo que no había en cada uno de ellos, antes de escuchar las palabras de los demás.

Charlaban y transformaban los sentidos, esos rígidos sentidos que suelen sostener una convicción, o un prejuicio, o una idea un tanto inmadura. Ese proceso de amasado transformaba los enunciados de ida y de vuelta. Y asi pasaban las horas. Entretenidos, impactados, sorprendidos.

4/07/2009

Hablar en público

He visto cientos de personas acomodadas cada una en su butaca, esperando a que alguien se asome por el escenario montado para los fines y comience a hablar. 

No es como en una misa religiosa en la que se está asistiendo a una ceremonia en la que las cosas transcurren en un cierto orden ya establecido.

Viendo este otro escenario, los espectadores están en una situación en la que probablemente logren algún sentimiento de sorpresa por lo que oyen, porque lo que convoca es la posibilidad de encontrarse con lo nuevo. 

Y cada vez es distinta a la anterior. 

Y ahí están sentados, esperando escuchar qué tiene para decir aquel que por algún motivo desconocido ha ofrecido hablar frente a este público.


4/04/2009

Ingenio: Cómo sacarlo un poco afuera ¿Exgenio?

    Sentado frente a la computadora y pensando en qué podría escribir como para que alguien tuviera ganas de leerlo. Sus dedos sobre el teclado, dibujaban las más diversas figuras, quedando algunos de ellos inutilizados debido a su torpeza motriz, y otros, los más adiestrados, respondiendo a las ideas de forma directa, sin tanto esfuerzo por corresponder su movimiento con el impulso que venía de adentro.

     Terminaba de ver una entrevista a García Marquez por televisión y de alguna manera quería empezar a -jugar a García Marquez. "¿Cómo hace ese tipo para crear lo que crea?" Se preguntaba. "¿Cómo hace para lograr generar en sus lectores, la necesidad de volver a leerlo, o de recomendar su lectura a otros miles y miles que se toman el tiempo de sentarse a leer ? ¿será por sus sonoras palabras, acomodadas en estructuras de "carpintería", según decía en la entrevista,  que generan, además, un efecto hipnótico en quienes comienzan su lectura?"

    Tal vez haciendo una pregunta y poniendo una respuesta dentro de la misma pregunta, intentando que pase de modo inadvertido, pero sí habiendo generado ese efecto liberador de apertura que generan las preguntas. ¿Muy complicado? ¿No es acaso, como un movimiento respiratorio, en el que primero se abren los orificios y los caminos que conducen el aire hacia adentro y luego sin que los orificios se cierren, el aire ya está saliendo como si nunca hubiese entrado, y así comenzar otra vez?

Escribir, construir con palabras estructuras de carpintería.

Despedirse

¿En qué consiste el trabajo de despedirse? 

Un diccionario virtual nos dice que "despedirse" es: "Mostrar afecto o cortesía, mediante expresiones o gestos, al separarse de alguien o al terminar una conversación."  Es decir, dos elementos están en juego: 
Uno que muestra o expresa y otro que separa, distancia, finaliza. 

Podría decir entonces que despedirse es: decir de algún modo, algo sobre un final.

En los duelos también nos despedimos. Cuando la cosa marcha bien, nos despedimos. 

Estela me contó una vez que su abuelo Juan le dijo algo así: "Yo practico el desapego con cariño

Desapegarse con cariño, está muy cerca de la capacidad de despedirse, porque pone en juego los mismos dos elementos: La demostración y la distancia.

Esa capacidad se pone en juego cada vez que decimos algo asi:
"Me voy a otro lugar, lejos de ustedes, sin saber si allí encontraré algo mejor, o sin saber si allí me sentiré bien; y el cariño que nos tenemos es lo que me anima a realizar el movimiento, porque sé que podré ir y volver, sin perder el vínculo que nos une"

Que importante movimiento el de despedirse!

Por el camino

Y me quedé pensando: Como no es una locomotora lo que mejor representa la capacidad humana de avanzar, mejor hablemos de la capacidad de "caminar".

Un paso y el otro. Instante de estar con un pie en el aire. Equilibrio. Respirar.

A leer Budismo Zen

¿Azar o destino?

Venías pensando en estos últimos días, en cuando eras un poco más joven y te reunías con cierto grupo de gente. Se te ocurrió pensar sobre esos momentos y sobre esa gente, porque habías escuchado hablar de determinado año:2003
    
A tu mente viajaron varios personajes de aquella época, recordabas algunos nombres, el aspecto de unos cuántos, alguna que otra charla con un buen amigo de esa época que por algún motivo quedó a disposición de tus recuerdos y todo por haber escuchado que alguien habló sobre ese año. 

Como se encadenan los recuerdos!

Los últimos días estabas pensando en aquel amigo y en toda esa gente y mientras caminabas por alguna avenida, lo viste pasar! 

Cuanto hacía que no lo veías!! 

¿Cinco? ¿Seis años?...

Y se aparece justo ahora! 

Cuando vos estabas pensando en aquella época!...

No, no seas tan omnipotente de creer que apareció solo porque vos estuviste pensando!

No es posible que tu pensamiento atraiga a una persona!! 

Imposible!!! 

No sigas... 

No es posible! 

O si?

El que viaja

Imaginen una reunión. Estaban los hombres, quienes preparaban la carne a la parrilla, bebían el vino a por montones y conversaban sobre los negocios que podrían realizar en un futuro. Todas pompas de jabón. Estaban también las mujeres que sentadas alrededor de la mesa, cortaban frescas verduras,  hablaban sobre sus hombres y criticaban a otras mujeres que no estaban presentes. 
Perfiles bien estereotipados

Una reunión para homenajear al viajero que partía. 

Uno del grupo había decidido partir hacia otro lugar. "Los que se van por caminos inciertos, son los que encuentran los tesoros del destino" tiró uno de los hombres más ancianos y con mayor experiencia medio en pedo.
 
"Los que se van pueden sufrir la maldición de los que se quedan. El camino se les hará mucho más difícil" comentó una de las mujeres, mientras miraba de reojo al viajero. 

"Te maldigo y nunca podrás librarte de ello" dijo casi susurrando, entrecerrando los ojos para apuntar con mayor certeza su venenosa mirada, dirigida exclusivamente a quien había decidido partir.

Por no poder enfrentar el dolor que la noticia del viaje le traía, prefirió maldecir el destino del joven. Rara elección viniendo de una mujer que en varias oportunidades, en su juventud, había emprendido viajes en busca de su suerte, confiando en que al regresar, si eso ocurría, la esperaría el grupo que la vio partir, sabiendo que allí pertenecía, por elección o por imposición, pertenecía. 

La sorpresa del viajero no se hizo esperar. Otra de las mujeres de la comunidad, ofreciéndole un amuleto para su viaje, lo anotició sobre la maldición de la otra mujer. Recomendó que esa misma noche, antes de partir, hiciera lo necesario para romper la maldición.

El viajero pidió permiso a los ancianos y se acercó a hablar con la mujer. Se sentó a su lado, mientras las otras mujeres dejaban la habitación y le explicó con un dulce y sincero tono, cuáles eran los motivos que lo impulsaban a viajar. 

Luego le dijo "...y en este viaje que emprendo es importante llevar conmigo no solo el deseo de encontrar el camino que me pertenece, también es fundamental llevar conmigo las palabras justas para poder comprender lo que el azar ponga en mi camino, y las palabras justas, son las que cada uno de ustedes ha encontrado en su propio recorrido. Decime por favor, decime bien cuáles son tus palabras"

Y la mujer pudiendo reflexionar  y teniendo muy presente cuáles habían sido sus mal decires, le respondió "El dolor de lo incierto, es aquello que sostiene el recorrido, y la alegría del encuentro, aquello que lo motiva".

El viajante se puso de pie, inclinó su cuerpo y acercándose dulcemente al oído de la mujer le dijo: "Ahora has dicho bien, lo que antes no podías. Tu maldición ya no es tal, ahora me siento bendecido por tus palabras. Gracias".

Algunas salidas

Situación estresante. Demandas y presiones que llegan de distintos lugares y convergen en la delicada estabilidad emocional de una persona. Comienza a sentirse mal, le tiembla la voz, se mueve en su asiento, mira a los costados una y otra vez. 

Piensa confusamente: "Me levanto y me voy y se van todos a la reputa madre que los parió" "Amablemente les explico que ya no puedo responder a todo lo que me piden" "No me va a pasar nada, sigo haciéndolo así y que sea lo que dios quiera

Por suerte se tomó más tiempo para ubicar de qué se trataba y porqué esas situaciones se repetían una y otra vez. Se tomó el tiempo necesario hasta que por fin pudo comenzar a creer en que lo que sentía era la mejor brújula para tomar decisiones. 

Se fue.

Viajar en subte: Parte 2

Ya bajó toda la gente que quería bajar. 
Ahora viene el turno de los que quieren subir, entre los que vos estás, porque te animaste a viajar en subte a pesar de "lo mal que se viaja".
Acá viene el problema más grande de viajar en subte a la hora pico:
Para entrar en el vagón -me gustaría usar una metáfora- tenés que hacerte de agua y fluir. 
Claro, porque adentro del vagón ya hay un montón de gente apretujada, con cara de enfado, muchas veces con calor, que no quiere saber nada de nada con que vos o los otros suban al mismo vagón en el que ellos están.

La mayoría de ellos se ponen duros como piedras, estáticos y firmes cuidando "su lugar". 
Entonces hacerte de agua, es una opción.
Puede haber otras metáforas que lo describan mejor, claro.
Pero a mi me gusta pensarlo así.
Así lo siento cuando entre toda esa gente yo decido insertar mi cuerpo en los recovecos que dejan libres. 

Puede pasar que entre las piedras -siempre hay algún piedra- ya esté lleno de agua. 
Sigo con las metáforas: En ese caso tendrías esta vez que convertirte en piedra.
Más bien hacer como si lo fueras: más dura y más resistente que las otras.
Es así, fuerza contra fuerza, alguna va a ceder. 

Recomendación: Una vez que has conseguido un lugar, buscar un estado parecido al plástico.
Así no te golpean tanto los que quieran subir en la próxima estación.

Hacer lugar.

Hay tantas maneras de hacer lugar, como deseantes haya.