12/31/2011

El mundo es otro(s).

Si alguien pone un cartel en la puerta que dice "Peligro. No pasar" y otro decide pasar -aún habiendo leído y entendido el sentido del cartel- entonces, lo que pase del otro lado, será total responsabilidad de quien decidió pasar.

Es como si cruzás en rojo y te pisa un coche. ¿Qué podés reprocharle al conductor?

"¿acaso no me vió?" "¿No podía frenar?"  

Volviendo a la puerta
¿No se dió cuenta de que me asomé solo por curiosidad y que en realidad no quería encontrarme con el peligro que anunciaba el cartel?

Y no, no funciona así.

Los sueños de cambiar el mundo se encuentran una y otra vez con el mundo, mejor dicho, en el mundo.

El límite es con el otro.  Empieza a dibujarse cuando uno o los otros lo señalan.

"Hasta acá", "prohibido", "No", "basta", "chau" .

O con el silencio.

Y en el mundo está lleno de otros.

Y de silencio.


El mundo es otro(s).

Desde el pequeño universo en el que la libertad es toda suya, decide si se muestra o  no se muestra. 
Ya pasó el tiempo en el que se sabía transparente. 
Ya pasó. 

Aprendió a hacerlo por si mismo y ya no quiere que levantes sus velos cuando se te plazca. 
Es que no podés hacerlo cuando se te plazca. 
No es algo sobre lo que vos puedas decidir.
 
Si no entienden el código del idioma en el que habla, entonces usará gestos.
Moverá sus manos como si fuera un italiano.
Deviene italiano para hacer gestos.

Pondrá cara de que está cansado, o es más, dejará ver lo cansado que está.
Intentará también hablar en otros idiomas, aún en los que desconoce,  a ver si con alguno la pega en la sintonia desintonizada en la que estás.
Para que entiendas.
Para que por fin entiendas que si alguien dice "no pasar" no hay que pasar.

Todo lo que pase a partir de cruzado el límite señalado, es sobre todo tu responsabilidad.

En el mundo, hay que aprender que el fuego quema, que la electricidad patea, que los golpes duelen, que los cortes sangran y asi.

Con suerte y condiciones saludables, se nos da un tiempo para aprenderlo, el tiempo de la experiencia.

Pero si aún después seguís, como si nada hubieras experienciado: quemándote, pateándote, doliéndote y desangrándote, entonces sos un pelotudo.

No hay otra explicación.

Y ser un pelotudo, tiene consecuencias.






12/16/2011

Este año

Durante el 2011 no escribí mucho en el blog. Estuve haciendo otras cosas.

En marzo, abril y mayo estuve haciendo un taller de canto con Silvana Sosto. Una linda experiencia que lamentablemente tuve que poner en pausa por horarios complejos de coordinar con los de mi trabajo. Estuvo muy bien. Fue volver a cantar con otros despues de muchos años. Un escenario, una canción y muchas variaciones posibles en la emisión y la puesta en escena del tema. Experiencia lúdica sobre todo.
Casi por los mismos meses, empecé a tomar clases de Yoga con Daniel Berardi. Habré empezado un poco después de retomar las clases de canto y hasta unos meses después de haber dejado de ir. Cuando llegué a sus clases, Daniel me preguntó si había hecho antes Yoga, a lo que le respondí que no. Grande fue mi sorpresa al empezar a hacer las "asanas" y darme cuenta de que algo de todo eso ya conocía. Pablo Lopez utilizaba algo de esta técnica cuando compartí un grupo de teatro con él, allá por el 2002. Saludo al sol. También en las clases de Clown que tomé con Cristina Marti. Algo del Yoga, estaba sin saberlo en mi vida, hacía ya varios años.

Aunque se trate de otro tema, en mayo organizamos con el equipo de la cátedra de la facultad, unas jornadas, a las que llamamos: "Marcas de época. Construcción de subjetividad" En esa ocasión, tuvimos invitados al diálogo. A mi me tocó hacer de presentador. Otro escenario.

Casualidades de la vida, o no se qué, el mismo día de las jornadas era el día de mi cumpleaños. De hecho esa misma noche festejaba mis 30 años en un Espacio Cultural. Unos amigos tocaban allí, y allí fuimos con mis invitados. Estuvo lindo, música en vivo, encuentros, reencuentros. Canté unos temas con algunos amigos. Nuestros temas. Claro, lo que no saben es que con ellos,  venimos haciendo música de manera informal, desde hace por lo menos 10 años. Salvo alguna ocasión en la que frente a público casual habíamos tocado, nunca nos paramos sobre un escenario a cantar. Fue la primera vez. Linda experiencia.
Pensé en ese momento en cómo me estaban sirviendo las clases que tomaba con Silvana!!

Llegó Junio y con él tuve que modificar mis actividades. Surgió la posibilidad de tomar otro horario en el trabajo, y así lo hice. Dejé el taller de canto y dejé las clases de Yoga. El tiempo me enseñó que algo de lo que se aprende en actividades como esas, no se va nunca. Se incorpora dentro de lo más intimo del ser. Ya llegará otra oleada.

Con el equipo de la facultad, estamos realizando un ciclo de videos de entrevistas a maestros del psicoanálisis. Empezamos en 2009 y en eso estamos. Participo en el equipo y específicamente para los videos, puse mi voz. Otra vez, mi voz. En Octubre estrenamos el primero en el auditorio de la Facultad de Psicología. Pueden verlo acá: Este link de youtube

Para esos meses habíamos comenzado a organizar con un grupo de concurrentes del Hospital Tobar, las II Jornadas de concurrentes. Hacía muchos años que en el hospital los concurrentes no hacían algo así. Para el mes de Noviembre hicimos las jornadas, que salieron muy bien. En esa ocasión presenté un trabajo -otro escenario- sobre la experiencia de atravesar una concurrencia.

Para los que no saben, una concurrencia es una modalidad de formación de posgrado en el ámbito del hospital público, con una duración de 5 años y de carácter ad-honorem. Es decir, una actividad por la que no se gana dinero. Como decía hace un rato, se ganan otras cosas, que duran mucho más. 

Más arriba dije que este año estuve haciendo otras cosas. Y si, estuve haciendo.