Es cierto.
Hay horarios en los que viajar en subte puede resultar una experiencia muy extraña.
Hora pico:
Llegás al andén luego de bajar las escaleras por las que muchas personas a la vez están bajando.
Hora pico:
Llegás al andén luego de bajar las escaleras por las que muchas personas a la vez están bajando.
Una vez en el andén, como hay mucha gente, tenés que encontrar un espacio en el que pararte a esperar la llegada del tren. ¿Que más podés hacer?
¡Encontrar un espacio! Claro, a veces en la vida es tan difícil hacerse un lugar.... y mucho más difícil es si ese lugar esperás que te lo de otra persona!!
Entonces, llegás al andén, te ubicás en algún espacio libre y esperás.
Claro, la espera es otro tema.
¿Qué haces mientras esperas? No está bueno esperar. Pero esperás.
Y te fijás qué podés hacer con eso.
Ya estás ahí.
Las opciones son variadas: Mirar las tapas de las revistas de los kioscos, o los carteles de publicidad, o prestarle atención a la música que estás escuchando en Spotify, entre otras.
Llega el subte: Si lo viéramos en cámara lenta, veríamos cómo ya con solo verse las luces del tren aproximándose, la gente va abandonando la posición de espera -no eras vos el único esperando- y va tomando una actitud corporal más parecida a la de un animal en estado de alarma dispuesto a atacar o correr.
El subte frena, la gente amontonada ya está parada frente a la puerta más próxima a su punto de espera. Se abren las puertas.
En general pasa que la gente que quiere subir, deja primero bajar a los que quieren bajar. Pero puede que no. Que alguien quiera bajar y los que quieren subir no lo dejen.
No porque no se den cuenta, sino porque no les importa.
Lo cual habla muy mal sobre mucha gente.
TINCHO, SOY ADRILUDEN LA DEL OTRO CUENTO DEL SUBTE!!! LA HISTORIA QUE YO CONTÉ ES REAL, LE PASÓ A UNA AMIGA MÍA Y CREO QUE TIENE QUE VER CON LA FALTA DE IDENTIDAD QUE VOS COMENTÁS EN TU CUENTO, QUE ADQUIERE EL VIAJERO DEL SUBTE. NADIE SE FIJA EN EL OTRO, ES ASÍ. MUY BUENO EL POST
ResponderEliminarGracias por leer!
ResponderEliminarEsto que escribo también es real. O ficticio, pero basado en años de viajar en subte.
Saludos!