Suelo ir al centro tomando siempre determinado colectivo y determinada linea de subte. Cada día de la semana salgo desde un lugar diferente (el hospital, el consultorio, mi casa) y desde cada lugar siempre viajo de la misma forma. Voy sin querer, reconociendo a los vecinos, a la gente que también toma el mismo subte en los mismos horarios, a personas de los barrios que siempre están en el mismo lugar. Hay cierta rutina que se instala sin darse uno cuenta de ello. A veces pasa, que algo diferente aparece en la rutina y el viaje al trabajo comienza desde un lugar no habitual. Me alegro cuando ello ocurre. Porque hace que caiga en la cuenta de las rutinas instaladas más allá de la cuenta y porque me da la oportunidad de aflojar las rigideces innecesarias de las repeticiones. El otro día tuve que ir a hacer un trámite. No suele estar bueno ir a hacer trámites. De hecho no lo estuvo, pero al salir de ahí, inicié el viaje al trabajo por calles distintas a las habituales y tomé otros transportes que los de siempre. Me gusta ir por calles nuevas, conocer nuevos lugares, viajar. Al realizar ese viaje no común lo que agradablemente me llamó la atención fue que en el viaje vi por la calle a personas a las que no veía hacía mucho tiempo. Personas que no circulan por mis recorridos, que no usan las mismas calles, ni comparten horarios conmigo. Personas a las que conocí hace un tiempo atrás, por haber compartido algún tramo del camino, solo un tramo del camino.
Y ahí estaban, circulando por sus propias rutinas, por sus calles, por sus horarios.
Esta simple experiencia de la vida urbana me hizo pensar en que el tiempo y el despliegue de las actividades a las que cada quien se dedica, van conformando circuitos - los propios y los ajenos- y cómo se va olvidando torpemente la forma que toman los caminos de los otros.
El profundo aprendizaje de haber cambiado el recorrido ese día -en el fondo para encontrarle un beneficio al trámite realizado- es saber que tanto el camino propio, como el de los otros, no se va delineando sino por los tramos compartidos. Aunque más no hayan sido, solo un tramo del camino.
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